Ese "cuerpo entero" del hermano, puesto en palabras por Isidoro, lo remite al protagonista a su propio cuerpo: las manos y estar contentos/estar tristes; el pelo, las cosquillas y la risa; los ojos; la cara; la panza.
Cumplida esa recorrida corporal, sabiéndose Isidoro, ya está en condiciones de encontrarse con ese "otro", Alejandro, el cual pasa de la denominación "el hermano" a "mi hermano". El hecho de que sea el propio Isidoro el narrador, hace que el texto resulte interesante, que mueva a la risa, en fin, conforme una lectura atractiva.
Las preguntas de Isidoro, esa apertura, ese modo de conocer, encuentran en su papá una respuesta, a veces, pero nunca una presencia fuerte del autor textual a modo de mensaje explicitado.
La ilustración de Carlus Rodríguez no sólo acompaña el relato, sino que abre puertas, nos invita a participar de otra mirada capaz, no de la reproducción, sino de la creación.
Autor: VALENTINO, Esteban. Ilustraciones Carlus Rodríguez. - Buenos Aires ; Sudamericana, 2003. - 32 p. : il. col. ; 25 cm. - (Colección Los caminadores). -
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